¿La tecnología puede prevenir la deforestación?
Uno de los principales problemas que afronta el mundo es la pérdida de superficie boscosa. Los bosques son un sumidero de carbono crucial para el planeta, siendo el mantenimiento de este mecanismo natural una de las principales medidas para luchar contra el cambio climático, por lo que resulta imprescindible implementar soluciones orientadas a frenar la destrucción de estas áreas. ¿Y cómo puede ayudar la tecnología a prevenir la deforestación? Algunos de los avances que mayor interés están despertando son la monitorización vía imágenes de satélite y el empoderamiento de las comunidades locales a través de apps.
Es necesario reconocer que la tasa de deforestación mundial se ha reducido en los últimos años, tal y como reconocía la FAO en septiembre de 2015. No obstante, el problema persiste y actualmente la sustitución de los bosques primarios por plantaciones de palma aceitera o caucho o la tala para la conversión de las zonas boscosas en pasto se han convertido en las principales amenazas. En la siguiente imagen extraída de la web Global Forest Watch se muestra cómo ha evolucionado la cobertura boscosa entre 2001 y 2014. Cabe comentar que en esta representación se incluyen también los cultivos forestales existentes en el planeta y que, obviamente, no tienen el valor de un bosque natural, pero suman al cómputo general (si quieres explorar la superficie destinada a este tipo de explotaciones, en el mapa interactivo de la citada web puedes encontrar información para algunos países).
Con el objetivo de evitar la tala ilegal para la transformación del uso del suelo, en los últimos años las organizaciones y administraciones que luchan para detener la pérdida de los bosques y prevenir la deforestación han encontrado en la tecnología un gran aliado. Así por ejemplo, desde 2004 en Brasil funciona el programa DETER, un sistema de alerta de cambios en la cobertura arbórea a través de imágenes tomadas por el satélite Terra de la NASA. El problema de este proyecto es que las fotografías obtenidas presentan una baja resolución y solo son válidas para detectar zonas amplias, por lo que no sirven para las transformaciones que se producen de manera inicial, como puede ser la apertura de nuevas pistas.
Para paliar esta falta de información, Matthew Hansen, de la Universidad de Maryland, ha desarrollado un software de alerta que se apoya en dos satélites Landsat que envían imágenes de alta resolución de cada punto de la Tierra cada 8 días. Los resultados (por el momento solo se están monitorizando la región de Kalimantan en Indonesia, República del Congo y Perú) pueden observarse desde marzo de 2016 en el mapa interactivo de Global Forest Watch (también puedes recibir las alertas en tu correo) a través de la opción Forest change-Glad Tree Cover Loss Alert (en este enlace puedes ver los resultados de Indonesia desde principios de 2016. Si pulsas en el botón de «Play» de la parte inferior, verás cómo está creciendo la deforestación en esta zona del sudeste asiático).
A pesar de la mejora de calidad de las fotografías que supone este último avance, la interpretación obtenida a partir de éstas necesita ser verificada y comprobada sobre el terreno y en esta tarea las comunidades locales armadas con teléfonos móviles, tablets y apps específicas pueden resultar claves. Así por ejemplo, el Instituto Jane Goodall está trabajando con Global Forest Watch en el desarrollo de un proyecto para la monitorización de los hábitats de los chimpancés que ha supuesto el diseño de una aplicación específica que notificará a los habitantes de los cambios detectados en la cobertura arbórea, permitiéndoles corroborar la deforestación sobre el terreno. Para ello, durante los 3 años de duración del proyecto, se repartirán 500 dispositivos móviles entre representantes de las comunidades locales, guardas y otros grupos interesados. En el siguiente vídeo puedes ver la presentación de la aplicación efectuada por Lilian Pintea, del Instituto Jane Goodall.
Mención aparte merece la iniciativa Logging Roads en la que colaboran Moabi, una organización que opera en la República Democrática del Congo, y Global Forest Watch y en la que, si lo deseas, también puedes colaborar tú. Este proyecto, galardonado en el Eye on Earth Summit 2015, permite a los voluntarios ayudar a identificar las pistas que se abren en la selva para la extracción de madera mediante la comparación de imágenes de satélite y/o cartografiarlas en OpenStreetMap, siendo otro claro ejemplo de cómo el crowdsourcing o colaboración masiva ciudadana puede ayudar a revertir la situación.
Lyndon B. Johnson, presidente de Estados Unidos entre 1963 y 1969, dijo “si pretendemos que las futuras generaciones nos recuerden con gratitud y no con desprecio, debemos legarles algo más que los prodigios de la tecnología. Debemos permitirles vislumbrar el mundo tal como era en sus comienzos y no tal como quedó luego de que acabásemos con él”. La tecnología está ahí. Úsala para recuperar el planeta.
Global Forest Watch es una fantástica fuente para rastrear, monitorizar y analizar de qué forma han evolucionado las coberturas terrestres y arbóreas en el mundo entre 2000-2015. Desde un punto de vista funcional, es extremadamente rica. Ofrece la posibilidad de hacer zoom en regiones específicas, añadir capas de información para comprender cómo la densidad de árboles se relaciona con parámetros como la densidad de población, las plantaciones o la minería. También ofrece un sistema de alertas en relación con puntos calientes de deforestación, como el Amazonas o Indonesia. Es, realmente, una útil herramienta de investigación con la que trabajar en proyectos y campañas de investigación que también permite monitorizar las transformaciones ambientales a las que están siendo sometidas algunas regiones específicas. Sin embargo, los mapas interactivos podrían ser mucho más informativos y útiles si los colores usados para señalar los diferentes parámetros del territorio, por ejemplo, pérdida/ganancia de arbolado o paisajes forestales intactos, estuviesen más diferenciados, a fin de que las diferentes tendencias emergieran con más claridad, en lugar de verse como una superficie indiferenciada