¿Sabes que tus selfies pueden servir para medir la contaminación del aire?
Actualmente existen numerosos mecanismos y dispositivos para medir la calidad del aire, unos más fiables que otros. Sin embargo, muchas de estas soluciones no están todavía al alcance de la gente o su tamaño termina convirtiéndolas en un estorbo, por lo que se hace necesario el diseño de herramientas sensillas y con una grado de exactitud elevado que extiendan la capacidad de empoderamiento de la ciudadanía, haciéndoles partícipes del problema de la contaminación. Imagina, por ejemplo, que con una aplicación pudieses medir la calidad del aire a través de las fotografías que compartes a través de internet. Teniendo en cuenta que solo en Instagram se comparten más de 90 millones de imágenes al día, sería fantástico disponer de una fuente de datos tan abundante, ¿no crees?
Ese es justamente el objetivo que persigue AirTick, una app en proyecto de Pan Zhengxiang Jedi, de la Nanyang Technological University de Singapur que en enero de 2016 fue finalista en la Global Young Scientists Summit 2016 celebrada en el citado país asiático.
Aunque nuestros ojos son capaces de percibir la contaminación a simple vista (para muestra, la imagen adjuntada al principio de este artículo), somos incapaces de cuantificar su nivel. AirTick intenta paliar esta falta de información analizando la neblina de las imágenes que se toman con la aplicación, ofreciendo como resultado el grado de contaminación en base a los estándares fijados por el Pollutants Standard Index que usa la National Environment Agency (NEA) de Singapur. El sistema de análisis, que emplea tecnologías propias de la analítica de imágenes, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (machine learning), se creó partiendo de una base de datos de 1 000 imágenes históricas obtenidas por la NEA que sirvieron para entrenar y evaluar la efectividad de la Deep Neural network Air quality (DNA), que es la herramienta que en última instancia genera las lecturas que la aplicación ofrece a los usuarios
Posteriormente, en noviembre de 2015, 100 voluntarios probaron un prototipo de la aplicación, destacando su utilidad y facilidad de uso y obteniéndose en el marco de los test realizados una precisión cercana al 87 % en las fotografías diurnas y del 75 % en las imágenes nocturnas.
Además de ofrecer información sobre la calidad del aire, la aplicación juega también con un componente psicológico, ya que, de forma paralela, genera una imagen libre de smog que permite al usuario ver qué aspecto tendría la ciudad sin contaminación, creando de esta forma un estímulo visual que invita a la acción y la necesidad de reducir la polución. Cabe comentar igualmente que la aplicación genera también alertas en base a las mediciones hechas por los distintos usuarios, aconsejando pautas de actuación (ponerse una mascarilla, por ejemplo) en un función de los niveles de contaminación detectados.
En el siguiente vídeo, Zhengxiang Jedi explica las principales claves de AirTick, una aplicación que puede tiene por delante un interesante futuro.
Más información
Crowdsensing Air Quality with Camera-enabled Mobile Devices (*.pdf, 1.33MB)
Imagen: Pekín por LWYang CC BY 2.0